Francesca Goodman |
Creo que después de que me dijeran mil cosas bonitas, un heterogéneo racimo de mujeres y hombres con los que después de tí he intimidado, he conseguido quitarme de encima el lastre de tu absoluta y despreciativa indiferencia hacía mí ser físico. No creo que haya nada más dañino que el silencio evitativo, ese que intenta no comprometerse con nada ni con nadie.
Ironías de la vida, he conocido a estos hombres y mujeres atravesando una puerta que tú me abriste, va a hacer un año ahora. Un camino que en varios planos ha sido decepcionante. Y sin embargo, en experiencia vital, inconmesurable.
Ironías de la vida, he conocido a estos hombres y mujeres atravesando una puerta que tú me abriste, va a hacer un año ahora. Un camino que en varios planos ha sido decepcionante. Y sin embargo, en experiencia vital, inconmesurable.
El día que déje de nombrarte, no quedará nada de tí salvo certezas. Habré aprendido. Habré atesorado. Un nuevo apunte en mi libro de pérdidas y ganancias.